[2021] Cómo fotografiar a nuestros hijos

Cómo fotografiar a nuestros hijos

¿Quieres saber cómo fotografiar a nuestros hijos? Creo que la foto familiar es mi género preferido de la fotografía y es que se trata de mi vida, de lo que hago con ella y con los seres queridos que me acompañan en este viaje. Y es que como ya sabéis los que me seguís de hace tiempo, la fotografía es mi herramienta para contar las cosas que me suceden, las que veo y, por supuesto, las que siento.

La fotografía se convierte en el medio para expresar nuestras vivencias y, como os podéis imaginar, teniendo una familia maravillosa, con 3 hijas y un hijo, tenemos muchas historias que mostrar. ¡Hoy te contamos cómo fotografiar a nuestros hijos!

Fotografia de la familia flower power
© David de Flores. Fotografia de la familia flower power. Mamiya RB67 y Kodak Portra 400

Para hacer fotos de nuestra familia y, sobre todo, de nuestros hijos o de los niños pequeños que tenemos en nuestras familias o en las familias de nuestros amigos, siempre tengo en cuenta una serie de claves para conseguir hacer una buena foto que sea algo más que una simple foto bonita de nuestros peques.

Empezamos…

1) Ten la cámara cerca

Los niños en casa o en el exterior están continuamente haciendo cosas, sobre todo jugando sin parar y en cualquier instante puede surgir un momento especial, como que se acaba de disfrazar con uno de tus vestidos o están liándola en el sofá, o se han pintado la cara entera con rotulador.

En cualquier ocasión puede surgir la magia y tú debes estar preparada para ese momento irrepetible y único. ¡Esta es la clave sobre cómo fotografiar a nuestros hijos!

Por eso, es importante tener siempre una cámara cerca, a la mano, perfectamente preparada con batería y tarjeta, lista para disparar.

Si no es así, seguramente cuando vayas a buscar tu cámara a la habitación o dentro de la mochila, la magia ya se habrá terminado y te arrepentirás de no haberte tenido la cámara más cerca.

Sofia con la cara pintada
@ David de Flores. Fuji X-A1

2) Déjalos a su aire

No hay mejor momento para captar a tus hijos en todo su esplendor cuando están completamente a su aire, haciendo cosas, liadas y trastadas incluidas pensando que nadie los ve.

En esos momentos, tus hijos están siendo genuinos, están siendo ellos al 100 %. Aprovecha esa ocasión de ser el perfecto testigo de ese momento mágico.

La fotografía es observar, mirar, ver y comprender la situación a través de una foto. Intenta ser sigilosa, no molestar ni decirles nada, obsérvalos, déjalos hacer y haz la foto sin intervenir, siempre que no se comprometa la seguridad de nadie, claro está.

Sofia y Tristan pintando
@ David de Flores. Contax Quartz 139. Fomapan 400

3) Busca la luz

Esto es un consejo seminal en fotografía. La luz es la materia prima de nuestras fotografías. Esto es algo que tienes que tener muy claro si quieres que tus fotos sean cada vez mejores.

En el caso de las fotos de nuestros hijos, intenta encontrar la situación propicia y el lugar en el que la luz incida directamente sobre ellos. Si estás dentro de casa, la luz natural que entra por las ventanas, si son grandes mejor, es una luz muy suave que te creara unas sombras difusas muy agradables.

Normalmente, los peques van a jugar en los lugares donde se sientes más seguros y suelen coincidir con los más luminosos de la casa, por lo que te lo pondrán fácil en ese sentido. Ahora tu tienes que elegir la orientación y la dirección de la foto, para que la luz sea tu aliada. ¡Otro truco para saber cómo fotografiar a nuestros hijos!

Indira intentando mamar de su mama
@ David de Flores. Canon 5d Mark III

4) Menos es más

Cuando fotografías a tus hijos es demasiado complicado conseguir una buena foto para estar pensando en composiciones demasiado complejas.

Mi consejo es que te centres en ellos y que simplifiques al máximo. Ya sabes de la máxima en arte que siempre funciona, menos es más, a la que me gusta añadir, una foto una idea, es decir, que sea una única cosa lo que quieras decir con tu foto.

Así que si llevamos este principio al campo de la composición, lo más sencillo es que pongas a tus peques en el centro y simplifiques.

No te compliques al principio, ya tendrás tiempo de hacerlo cuando domines más el tema.

David Tristan en los Campos de Hernan Perea
@ David de Flores. Canon 5d Mark III

5) Ver el mundo con sus propios ojos

Esto es muy importante, pero no solo para hacerles fotos sino para conocer mejor a tus hijos.

A veces, los adultos, cometemos errores en la educación de nuestros hijos y, sobre todo, creamos problemas donde no los hay. A veces, nos encontramos con una pataleta de nuestro peque que pensamos que no viene a cuento, pero se monta un gran follón. Seguro que esta situación no es nueva para ningún papi.

Estas pataletas suelen pasar porque la mayoría de las veces imponemos nuestro punto de vista a nuestros hijos. Nos olvidamos que ellos también tienen su propio punto de vista y su propia opinión acerca de las cosas, aunque nos parezcan absurdas o insólitas.

Solemos juzgar las cosas desde nuestro punto de vista y también cuándo les hacemos fotos, las hacemos desde nuestro punto de vista como adultos. Por lo general, suele ser 1 metro y medio más alto que el de nuestros peques. Atención a esto para saber cómo fotografiar a nuestros hijos

Entonces a nuestros peques los vemos desde arriba y están como “aplastados” contra el suelo y nos miran desde abajo.

En cambio, si nos ponemos a su altura, no solo vamos a conseguir unas miradas directas a la cámara, sino que vamos a empezar a ver el mundo con sus propios ojos y el mundo adquiere otra dimensión y nos daremos cuenta de que las mesas que, a nosotros solo nos llegan por la cintura, para nuestros peques pueden ser una barrera a la que ni siquiera pueden asomarse y que una escalera de una litera puede ser tan divertido como subirse a un árbol o a una gran montaña.

Si nos ponemos a su altura, el mundo de nuestros hijos tiene otro sentido mucho más fantástico y emocionante. ¡Sigamos aprendiendo cómo fotografiar a nuestros hijos!

David Tristán subiendo por la litera
© David de Flores. Contax Quartz 139 Proyecto Personal

6) Enfoca su mirada

Creo que lo más importante de un retrato está en los ojos. Mirando a los ojos de una persona puedes darte cuenta de muchas cosas. Es algo innato en nuestra evolución.

Los seres humanos al nacer, una de las primeras cosas que desarrollamos en nuestro cerebro. Son las llamadas neuronas espejo, que, entre otras cosas, nos ayudan a reconocer a los pocos días de vida si el ser vivo que tienes enfrente te va cuidar, querer o te puede hacer daño.

Es un instinto de supervivencia, por eso los bebes te sonríen si les sonríes y cambian a gesto triste y hacen pucheros si frunces el ceño.

Por eso los ojos no mienten. Me encanta ver los ojos de mis hijos en las fotos, cómo sostienen la mirada y cómo expresan sus estados de ánimo.

Si sigues los dos consejos anteriores, de centrarlos en tu composición, ponerte a su altura y enfocar a los ojos, conseguirás unos retratos maravillosos y sinceros de tus pequeñajos.

La mirada de David Tristán
@ David de Flores. Canon Ae -1 y Fomapan 100 forzada a 400
Indira en la montaña
© David de Flores. Mamiya 7 y Kodak Portra 400
Lucia en la montaña
© David de Flores. Mamiya 7 y Kodak Portra 400

Por si lo prefieres, también hemos hecho un video en el os explico todo esto directamente en pantalla

7) Abre el diafragma

Como todos los papis saben, nuestras casas suelen estar hechas un desastre, desordenadas y con un montón de cosas y juguetes desperdigados por el suelo. Esto nos saca de nuestras casillas, porque siempre andamos detrás de ellos ordenando, pero también dice algo de este momento de la crianza. Y esas fotos a mí me interesan mucho por este mismo motivo.

Para que ese desorden no te distraiga en cómo fotografiar a nuestros hijos, puedes usar un recurso técnico muy importante. Si lo que quieres es centrarte en tu peque, crea un poderoso centro de atención, mediante el enfoque selectivo. Esto lo vas a conseguir con valores de apertura de diafragmas muy bajos (grandes aberturas), es decir con números f iguales e inferiores a f2,8.

Esto va a crear unos fuertes desenfoques que conseguirán que se vean menos enredos en tus fotos. Así, no distraerá la atención de lo verdaderamente importante en tu foto, que es tu pequeño.

¡Diafragmas abiertos!

También, estos diafragmas abiertos te permitirán captar más cantidad de luz. Se trata de un factor muy limitante cuando fotografiamos en el interior de nuestras casa, ya que tenemos menos luz disponible. Eso se va a traducir en que no va a ser tan necesario subir los valores ISO de tu sensor o disparar a una velocidad demasiado lenta.

Si quieres ver ejemplos de fotografías tomadas con diafragmas muy abiertos, casi todas las fotos que aparecen en este post están tomadas con diafragmas con aberturas de entre f1,2 a f2,8. Eso hace que nuestro motivo principal esté enfocado, pero todo lo demás, desenfocado. Con ello, estoy centrando la atención en la parte enfocada de la foto que resulta ser lo importante de la fotografía.

Para conseguir estos diafragmas, te recomiendo que veas el video que te acabo de poner. En la descripción te recomiendo una serie de objetivos dependiendo de la marca de tu cámara que te van a ayudar a conseguirlos con unos precios más que ajustados.

Sofia leyendo
© David de Flores. Canon 5d Mark III

8) Emplea modos semi-automáticos

Si queremos ser rápidos y no perder ese momento mágico, aparte de tener la cámara cerca y preparada, te aconsejo que la ajustes a un modo semi-automático, para que no pierdas tiempo calculando la exposición.

Estos modos son el modo prioritario a la apertura (modo A o Av en canon) o el modo prioritario a la velocidad (modo S o Tv en canon). Te van a permitir ajustar el valor de la apertura del diafragma en los primeros o el valor de la velocidad en los segundos y la cámara automáticamente te ajustar el valor contrario (de velocidad o apertura) para tener una exposición adecuada.

Así, es mucho más rápido tomar la foto y nos podemos centrar en la composición o simplemente encontrar la mirada de nuestro peque y que la cámara ajuste la exposición, siempre según la variable que para tí es prioritaria ajustar, ya sea la apertura del diafragma o la velocidad de obturación.

Si no controlas lo que son estos modos semiautomáticos de exposición, te recomiendo que te apuntes a cualquiera de nuestros cursos de iniciación, tanto el del formato presencial y streaming o en formato exclusivamente online

Sofia en el sofá
© David de Flores. Canon Ae 1 Program y fomapan 100 forzada a 400

9) Sácalos en su contexto

Al principio cuando queremos hacer fotos de nuestros peques solo nos centramos en sus caritas y cabecitas pequeñitas. Pero al hacer eso, que muchas veces no podemos evitarlo porque están tan monos y tan guapos, nos estamos perdiendo un montón de cosas, por ejemplo, sus cuerpecitos, que también hablan y nos cuentan muchas cosas y, también, lo que están haciendo y donde lo están haciendo.

Muchas de mis mejores fotos de mis peques, no son solo de sus caritas sino de las cosas que están haciendo en ese momento y lugar determinado, de cómo la están liando, del desorden que tienen en la habitación y un montón de cosas que nos hablan directamente no sólo de nuestros hijos, sino de algo más universal como es lo que significa la infancia, la aventura de explorar, crecer y desarrollarse en un entorno, creando mundos fantásticos entre cuatro paredes de una habitación.

Por eso te recomiendo que, una vez tengas la foto de su carita bonita, des un paso hacia atrás e intenta sacar una foto de tu hijo en su contexto, en su propio mundo, en el que está creando.

Una habitación desordenada
© David de Flores. Contax Quartz 139 Fomapan 100 forzada a 400

10) Llama su atención solo cuando estés preparada

Ya hemos dicho que la magia de ese momento irrepetible en el que tu hijo está con la cara llena de chocolate y con medio churro en la boca se esfuma en un instante.

Por eso es preferible dejarlos a su aire y hacerles fotos sin que se den cuenta. Una vez que tengas esas fotos, y solo cuando estés lista y preparada, llama su atención para que te miren a la cámara y tengas esa foto mirándote directamente.

Prepárate bien, porque seguramente, cuando se den cuenta de que estabas haciéndoles fotos, no van a querer que les hagas más, se sentirán intimidados y puede que te rechacen. Tendrás una oportunidad y más vale que seas rápida, porque en el momento que vean qué estás allí solo por la foto, dejarán de mirarte.

Para llamar su atención, suelo tener varios trucos. El más sencillo, llamarlos por su nombre, pero a veces no me hacen ni caso, y entonces digo en voz alta algo que les gusta mucho o es insólito, como por ejemplo, mira David, tengo una araña grande y peluda en mi cara, me quiere comer, necesito tu ayuda (todo esto entre gritos como si me fuera la vida en ello). Piensa que sea como un juego y será más fácil atraer su atención.

Indira, Tristán y Samuel en el sofá
© David de Flores. Canon 5d Mark III

11) Juega con ell@s

Pero el mejor consejo que te puedo dar para que consigas fotos buenas de tus hijos, es que sobre todo, juegues con ellos.

Tus hijos quieren hacer dos cosas por encima de todas las demás. Una de ellas es JUGAR. Se pueden pasar horas enteras jugando sin parar hasta caer exhaustos en tus brazos y sin una gota de energía. Y la otra es que ESTES CON ELLOS y que los MIRES con todo lo nuevo que van a aprendiendo a hacer.

Sabiendo esto, si quieres que tus hijos estén dispuestos delante de tu cámara, ya sabes lo que tienes que hacer: Jugar y estar presentes con ellos.

Yo me he inventado varios juegos para conseguir hacerles retratos. Uno de ellos es el juego de la confianza, con la cámara mágica. Les digo  ¿quién tiene el superpoder de la confianza y puede mirar a esta cámara sin parpadear y con confianza?.

Entonces, miran a la cámara y me dejan por unos instantes que les guíe. Luego les pregunto, ¿quién quiere poner la cara de el más enfadado del mundo? Y me ponen la cara gruñendo. ¿Y la cara sonriente? y  asi juego a modular expresiones y sentimientos y ellos aprenden a reconocer esas emociones.

Si la vida con tus hijos te la planteas como un juego permanente, todo será mucho más fácil.  No sólo la fotografía sino la vida y su educación.

Tristán jugando a gruñir
© David de Flores. Contax Quartz 139 Fomapan 100 forzado a 400

12) Evita las poses

Hay veces en los que queremos hacerles unas fotos bonitas con un determinado vestido o ropa y en un determinado lugar. Hay veces que lo tenemos todo preparado para que las cosas salgan bien. Todas menos una y es que en ese momento, nuestros hijos no quieren hacerse fotos.

Y es que parece que lo hacen para fastidiarnos. Cuanto más queremos que hagan una cosa, algo simple, como ponerse delante de la cámara y mostrar su bonita sonrisa. ¡No lo hacen! Y eso nos puede hacer perder los papeles. En ese momento, nos sentimos frustradas y solemos enfadarnos y pagarlo con ellos.

Entonces, empieza el lío, porque seguramente, por ese camino que acabas de tomar de la desesperación y el enfado no vas a consegui. ¡Absolutamente nada de lo que tenías pensando conseguir!

Miento. Si vas a conseguir una cosa y esa cosa es que tus hijos le van a coger manía a la cámara de fotos y, por supuesto, a que les hagas fotos.

Cuando llega ese momento, en que ellos no quieren hacerse fotos, manifiéstales tus intenciones amablemente y respeta sus tiempos. Seguramente, tendrán ganas de jugar o hacer otra cosa y cuando terminen, si encima les planteas la sesión de fotos como un juego, tarde o temprano, cuando se les pase el enfado, querrán jugar contigo.

Pero plantéalo como un juego, porque en el momento que descubran que están siendo manipulados, pasarán de ti.

En este sentido, olvídate de las poses. Deja que ellos se coloquen como quieran y si no te convence la pose, intenta que cambien pero a través del juego. No lo olvides.

Tristán e Indira en la montaña
© David de Flores. Canon 5 d Mark III

13) No desesperes y ponte en su lugar

Ya estamos terminando. Y al hilo de lo anterior, ante cualquier pataleta, ponte en su lugar. Intenta no dar consejos, intenta comprenderlos y no minimices su dolor, su angustia o temor, en definitiva su sufrimiento.

Una pataleta es una demostración de que algo no les gusta, de que están sufriendo por algo y para detener esa pataleta, la autoridad no te va a ayudar, solo conseguirá alejarte más de tu hijo/a.

Es el momento de parar un poco, respirar, tomar aire. Suelta el mosqueo que empieza a crecer dentro de ti y acércate a tu hijo intentando averiguar que le pasa, pero como si te pasara a ti misma.

Si algo le duele, porque se ha hecho daño, no le digas que eso no es nada. A el le duele. Y lo que le estas diciendo solo hace que se sienta ignorado. ¿Y como te sientes tu cuando te ignoran?, pues que te pones más furiosa y rabiosa.

El mejor consejo es que no desesperes, respira y ponte en su lugar para comprenderlo y ya verás cómo la pataleta se convierte en otra cosa, más dulce que también puedes aprovechar la ocasión para fotografiar.

Tristán enfadado
© David de Flores. Canon AE-1 Fomapan 100 forzado a 400

14) Ellos mandan

Cuando ellos manifiesten que no tienen más ganas de fotos, ya está, se ha acabado la historia. Espero que hayas aprovechado el tiempo y tengas alguna buena foto, porque en el momento de que ellos digan que se ha acabado, es inútil que les obligues a continuar. Lo único que conseguirás será que le cojan fobia a la cámara y que pasen de ti la próxima vez que quieras hacerles fotos.

Esto es vital que lo tengas siempre en mente y no fuerces la situación.

Nuestros peques, sean de la edad que sean, son seres maravillosos con una personalidad en formación. Pero ya presente y con carácter que debemos respetar si queremos entenderlos y comprenderlos y, sobre todo, si queremos fotografiarlos en el futuro.

Ha llegado el momento de guardar la cámara y ponerte a jugar con ellos. ¡Ya sabes cómo fotografiar a nuestros hijos!

Sofia jugando con la cámara de fotos
© David de Flores. Canon 5d Mark III

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    David de Flores (1977) es fotógrafo, ingeniero forestal, antropólogo y artista visual que utiliza la fotografía para reflejar su preocupación por la naturaleza y los problemas medioambientales como el cambio climático, la desertización, los incendios forestales o la degradación del territorio.

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