¿De donde vienen las ideas?

Una idea puede ser muchas cosas o no ser nada. Puede ser un eslogan, un coche, una despedida ocurrente o un chiste. O puede que ni siquiera sea algo. Las ideas vienen, van y, fugazmente, crecen y mueren dentro de nuestras cabezas. Todos tenemos ideas, incluso los que creen que no tienen ideas, siempre las tienen. Es un color, una imagen que se forma y que antes de poder nombrarla ya se ha ido, buff, ya está, se fue, adiós. Ya no existe.

Siempre somos prisioneros de nuestras ideas y, lo que es mucho peor, de las ideas de otros. Vamos a remolque de lo que otros piensan y normalizan sobre nosotros. Algunos les parecerá una situación cómoda, confortable, segura o lo que quiera que sea. Pero a mí no. Soy un auténtico cabezota, para bien pocas veces y la mayoría para mal, pero aún así, no me puedo quejar. Soy y estoy feliz. Muy feliz.

Reflexionando sobre la idea

Puede que esto no lo deba decir, pero es mejor ser un cabezota que dejarse arrastrar por la corriente. Ser un cabezón no es malo, simplemente tienes que reconocer que, en la mayoría de las veces, vas a estar equivocado. Saber eso ya es mucho porque te ayudará a crecer. Porque para crecer hay que escuchar. Y hay que ver. Y si consigues ver más allá de lo que tienes delante entonces empiezas a imaginar imposibles.

Y vuelas. Vives más de lo que estás viviendo.

Ser un cabezota te puede ayudar si aceptas sus limitaciones. Porque te ayudará a equivocarte, tropezar y volver a levantarte, perder y empezar de nuevo hasta que consigas lo que quieres. ¡O lo que has imaginado o soñado, siguiendo tu instinto! Como quiera que se llame.

¡Deja que te lleguen las ideas!

Volviendo a las ideas, deja que te lleguen. No tengas prisa pero tampoco te duermas. Hay que estar atento y trabajar. La creatividad es todo un músculo que hay que ejercitar y, como cualquier músculo hay que mover, estirar, calentar, doblar, volver a mover y flexionar.

No te agobies si no tienes ninguna idea original. Eso no existe. Nada es original. Todo deviene de algo ya existente. Solo tienes que buscar una inspiración, una fuente donde beber. Mira y aprende de lo que han hecho otros antes que tú. Ellos y ellas se han enfrentado a los mismos retos y los han superado. La historia humana es un ejemplo de ello.

© William Klein. Sure, right ok

Busca, mira, analiza, engulle todo el material que puedas y conviértelo en algo tuyo. Pero intenta que sea auténtico, genuino, esencial. Y eso significa que tiene que ser tuyo. No importa de dónde venga tu idea, de un libro, una peli, un culebrón o un cartel que viste en la calle.

Todo llega de algún lado, pero eres tú, con tu historia, tus problemas y tus miedos, tus alegrías y tus tristezas, quién puede crear. Y solo será auténtico si tú le das la vuelta. Dale un giro a lo que piensas. Implica tus emociones en tus ideas, deja algo de ti en lo que estás creando. Despréndete. Solo tu historia personal hará únicas y especiales tus creaciones, lo demás será perder el tiempo si no le inyectas tu forma de ser.

Cartel de la películaSobreviviré

¡Sigue buscando!

Si hoy no se te ocurre nada mejor que hacer, no pasa nada. Sigue buscando, todavía no es tu momento. Tampoco te consueles con eso.

No caigas en la tentación del cínico que cree que tiene que esperar a encontrar algo excepcional para cautivar a la humanidad y que, si no lo consigue, no hace nada.

Eso solo conduce al aburrimiento. Y el aburrimiento es una forma de estar muerto en vida. Una idea no es nada si no le das forma y para eso hay que nombrarla, materializarla, escribirla, fotografiarla, filmarla, actuarla, esculpirla, amarla, cantarla, tocarla.

Atrévete a experimentar y equivocarte por el placer de hacer. Como si te lanzaras en paracaídas. Siente el vértigo a riesgo de no gustar. No tengas miedo al fracaso. Fracasar no es una derrota, es un paso previo a tu victoria. Para mí, trabajar en un proyecto es como una droga que me hace sentir vivo, cómo subir montañas.

Las artistas, son personas que trabajan cada día, si no creando, estudiando, aprendiendo, copiando, haciendo y deshaciendo. Todo el día, a cada momento, en cada segundo y en cada instante.

Y disfrutan con ello.

No hay descanso para el ojo.

Ni para soñar.

Adelante, sé todo lo que quieras ser menos un vago.

Creo que es un buen consejo.

Salud, ánimo y cariño.

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