Una Mirada Personal | Taller de fotografía

Esta mañana he empezado un taller de fotografía para jóvenes en el centro de formación de Cruz Roja Cartagena. El taller o workshop lo hemos llamado Una Mirada Personal porque uno de los objetivos del taller es poder ofrecerles a chavales jóvenes las herramientas necesarias para contar sus propias historias, expresar sus ideas o comunicar lo que piensan, pero también para que aprendan a analizar las imágenes que diariamente nos acechan.

Cada día vivimos más enganchados a las pantallas y como todos sabemos y, sobre todo, como todos los padres de adolescentes vemos cada día, nuestros hijos pierden horas y horas delante del móvil, ordenador o tablet. Ante ellos circulan miles de imágenes que moldean sus preferencias, sus gustos, su forma de vestir y, por supuesto, sus opiniones.

En este taller no me he propuesto, ni mucho menos, demonizar al teléfono móvil. Sería estúpido y absurdo hacerlo. Es una de las herramientas más innovadoras que la tecnología ha producido en los últimos 100 años, a la par de la imprenta, la cámara de fotos, la televisión o el ordenador personal.

Cada uno de esos medios supuso un cambio radical en cada una de las sociedades que los vieron emerger. En esta ocasión nos toca vivir o sufrirlo, según se mire, a nosotros. Emocionante, ¿verdad?.

Lo que es cierto es que, cuando planteaba y programaba el taller, tenía claro que debía ser ante todo una experiencia que facilitara el acercamiento de las chavalas a la fotografía. Me daba exactamente lo mismo que tuvieran cámara o no, con el móvil nos es suficiente.

TU FOTO FAVORITA

En una de las dinámicas del taller, les he preparado un montón de fotografías encima de la mesa, más de 100. Había fotos desde Paul Strand, Alec Soth, Alex Webb, Diane Arbus, Arbugaeva, puff, un puñao, practicamente casi todos de las que me gustan.

Entonces, les he dicho que le den varias vueltas a la mesa y que elijan tranquilamente una foto, solo una foto, que imaginaran que de repente hay un incendio y que solo pueden salvar una foto.

Pues bien, entre las escogidas nos encontramos a Trent Parke, Pieter Hugo, Jim Goldberg, Olivia Bee, William Klein, Bruce Gilden, , Valentin  Sidorenko y Mathieu Pernot, casi ná…

Luego les he preguntando porque han elegido esa foto y cada una de ellas, me ha hablado de lo que le parecía que decía cada foto. Sin tener ni idea de la historia de cada fotografía, han descrito las sensaciones y los motivos principales de cada una de ellas.

Y al contrario de lo que podamos pensar en un primer momento, el hecho de desconocer una materia no te impide poder reflexionar sobre ella. Aunque no tengas las palabras correctas y adecuadas para definirlo, sí lo puedes entender y sentir.

LA FOTO ERES TU

Luego les he dicho que, aunque no sepamos muy bien el por qué, de manera inconsciente elegimos aquellas cosas que nos son afines, porque nos recuerdan algo que ha pasado en nuestras vidas, un encuentro fortuito, una imagen de nuestra infancia o algo familiar. Es algo que suelo decir a menudo. Las fotos que nos gustan y las fotos que hacemos son porque nos vemos reflejados en ellas o vemos un mundo cómo nos gustaría que fuese o, al menos, cómo querríamos recordarlo.

Hay un montón de razones para aprender y disfrutar con la fotografía. Esta mañana les he hablado de dos de mis razones para amar la foto. Una es porque me sirve como herramienta para contar las historias de mi vida y de mi familia. La otra, porque me sirve de excusa para conocer el mundo que me rodea, ayudándome a vencer mis miedos para acercarme a lo desconocido.

Pero lo importante no son mis razones que, hoy por hoy, tengo bastante claras. Lo importante es que necesitamos acompañar y ayudar a que cada uno encuentre su lugar en este tablero del juego. Cuando tienes veintipocos años tienes todo por delante pero nada asegurado. Todas las posibilidades son posibles. Puedes ser lo que quieras. Puedes ser lo que te propongas. Pero solo puedes serlo tú.

Esa es la verdadera decisión que debes tomar en estos momentos, ser tú.

Uno de los objetivos del taller es que podamos desarrollar una manera personal de contar un relato visual de las cosas que nos pasan cada día. Para ello, tenemos que trabajar la técnica para saber hacer la foto que queremos hacer pero, sobre todo, tenemos que poner nuestra atención en las cosas que son importantes para cada una de nosotras.

Cada participante, cada alumno, cada persona es única y único es su punto de vista. Cada uno ve el mundo a su manera y su forma de verlo es lo que nos interesa. En este taller, queremos explorar su mundo. Queremos que nos lo cuenten, para comprenderlo y así tener un mejor conocimiento de la vida que vivimos.

La fotografía nos ayuda a meternos en la piel de las personas, a sentir el frio de los que duermen en la calle y revivir los nervios del primer beso. La fotografía nos hace ver las cosas con otros ojos y entender la lengua de otros pueblos.

Podría seguir así hasta el infinito, pero prefiero dejaros aquí, con el suspense de lo que vendrá y que sean ellas quiénes nos lo cuenten a su manera.

Amor, humor y respeto

PD:  las fotos buenas son de Loli Moreno!!!